domingo, 1 de diciembre de 2013

Hogar, dulce hogar - Home, sweet home

“Estoy en casa”. Qué frase más sencilla y cuánto hay detrás de ella. Porque, ¿qué significa realmente “estar en casa”? Claro, sí, es entrar en el piso en el que vives, pero si damos un paso más allá, ¿no es más bien una sensación? ¿Una sensación de protección, calor, un lugar que te dice “éste es mi sitio”? Bien porque ahí estén los familiares, los amigos, la pareja o el trabajo. Visto así sería eso. Pero ¿qué ocurre con esas personas que se sienten divididas? Sí, por no decir ¿“perdidas”? Para algunas personas quizás sea una situación momentánea. Para otras, sin embargo, es un estilo de vida.

Precisamente en Alemania hay muchas personas que, aunque hayan nacido y crecido aquí, proceden de familias extranjeras y hacen malabares entre dos culturas. En el colegio hablan alemán y obviamente también tienen amigos alemanes, pero en cuanto están “entre ellos”, hablan en el idioma materno y la rutina diaria queda marcada por otras costumbres y otros rituales que, a su vez, tienen que ajustarse a las de Alemania. Y aunque estas personas hagan su vida aquí, en muchas casos ni siquiera tienen el pasaporte alemán ni tampoco se sienten ciudadanos alemanes. Por otra parte, tampoco encajan al 100% en el sitio del que son sus parientes, ya que sólo lo conocen de algún que otro evento familiar y las vacaciones. ¿Dónde está realmente su sitio? Se sienten en un vaivén infinito, como una pieza de puzle que intenta encajar constantemente en algún lugar. De este modo, la situación se convierte en un estilo de vida imposible de cambiar porque –como he dicho antes– se trata de una sensación. Una sensación que te acompaña a todas horas y que, de no ser así, la buscarías de nuevo, simplemente porque ya no sabes vivir sin ella.

Esta sensación también la tienen otras personas como, por ejemplo, aquellas que hace tiempo dejaron su país natal en busca de una aventura y que han rehecho su vida en otro lugar. A ellos les pasa lo mismo: si “regresasen” no se sentirían cómodos. Han estado fuera por demasiado tiempo. Porque, queramos o no, las cosas cambian y evolucionan. Y nosotros, como personas, obviamente también. También están aquellas que pasaron su niñez (y/o adolescencia) en otro país porque, por ejemplo, los padres tuvieron que emigrar por motivos laborales o bien porque siempre tenían que viajar y que luego, ya adultos, regresan a su país natal. Sí, quizás tengan un pasaporte que diga que tienen la nacionalidad ésta o aquella, pero ¿qué sensación tienen? Ni lo saben.  

Hace tiempo leí en un artículo, que trataba de este tema del “hogar”, que precisamente este tipo de personas incluso se habían ido a vivir cerca de un aeropuerto para mantener esa sensación “internacional” de alguna manera. Y lo entiendo. Los aeropuertos tienen ese “algo”, esa mezcla de lo desconocido, con esa gente que corre de un lado a otro, con sus ensimismadas metas. La gente va y viene, viene y va. Como un carrusel que no deja de dar vueltas.

¿Y qué pasa con aquellas personas que, como yo, por ejemplo, son bilingües e incluso tienen dos pasaportes? ¿Las que siempre han tenido ambos pies en culturas distintas? Porque detrás de cada idioma también se esconde una forma de pensar y ésta a veces se puede contradecir bastante. Especialmente cuando la emoción del sur se encuentra con la frialdad del norte. Cuando se siente con calor y se actúa con discrepancia. O viceversa.

No es casualidad que precisamente me lleve mejor con las personas que –por la razón que sea– entiendan esa manera de pensar y que me transmitan esa sensación de “estar en casa”. Reconozco a esas personas porque no les tengo que explicar porque pienso x, siento y y actúo z. Esa persona simplemente lo entiende, independientemente del país en el que me encuentre o el idioma que hable.
Me siento a gusto porque justamente esa persona también se siente independiente (o quizás perdida) como yo. Sí, y esa sensación de “vaivén”, que para algunos es una “inestabilidad”, ya no es una situación momentánea, sino una forma de vida, una filosofía. Encajas en cualquier sitio y a la vez en ninguno. Te identificas con las piezas sueltas del puzle porque sólo contigo pueden formar una imagen completa. En la mayoría de los casos, dichas imágenes se componen mediante detalles minuciosos que a menudo se descuidan si uno no está atento.
Como ejemplo tengo a una amiga mía que conocí en Perú durante mi estancia de cuatro meses. Mi parte alemana entendía su perspectiva finlandesa y ella entendía mi parte española porque había estado viviendo en España un año. Sólo una mirada y todo estaba dicho. E independientemente en qué punto del mapa peruano nos encontrásemos, yo al menos siempre tuve la sensación de “estar en casa”, precisamente porque hablábamos en distintos idiomas mientras nos intentábamos adaptar a una cultura desconocida.
Otro ejemplo es un colega mío con el que me crié en España y que regresó a Alemania cuando era adolescente. Después de 13 años, en los que prácticamente no tuvimos contacto alguno, nos reencontramos en Colonia. Desde un primer momento esa sensación de “hogar” volvió a estar ahí, especialmente cuando empezábamos la frases en alemán para luego acabarlas con un típico “illo” andaluz. Y cuando el destino quiere, estas imágenes incluso cuentan con su propia banda sonora, porque nada más sentarnos en el primer bar, sonó Entre dos tierras de Héroes del Silencio que tanto nos recordó a España. Lo siento, pero no creo en las casualidades, al igual que cuando visité a esta amiga en Helsinki y pasamos al lado de unos músicos peruanos que estaban tocando la zampoña, también llamada flauta de pan. Hay que tener los ojos abiertos para ver esas imágenes.

Estas imágenes las tratan de componer ahora mismo también los muchísimos “recién llegados” que vienen a Alemania. Sobre todo en la capital hay cientos de piezas de puzle españolas que vienen aquí para intentar construir algo. Y entonces se montan en este carrusel llamado Berlín, donde la gente, al igual que en los aeropuertos, va y viene, se pierde, se encuentra y busca metas, intentando encajar en algún sitio. Para algunos esta sensación de “estar perdido” es una “situación momentánea” porque no saben por cuánto tiempo se quedarán; para otros se ha convertido en una “forma de vida” porque han aprendido a compaginar ambas rutinas culturales o/y (ya) no se sienten identificados con España.
Como dice el título de la canción, en ambos casos éstos se encuentran Entre dos tierras, donde a menudo les acompaña esa nostalgia que no se apaga nunca, pero - como dice una amiga mía - “Tener nostalgia es bonito”. Y aunque a veces no se sepa qué es lo que verdaderamente se anhela, llega un momento en el que se aprende a convivir con ese sentimiento.
Cada uno decide si este vaivén es una “situación momentánea” o  una “forma de vida”, pero una cosa está clara: Siempre quedará la libertad de elegir dónde decir “estoy en casa”. Y eso no lo puede decir cualquiera.



Este texto se lo quiero dedicar a todos los que “van y vienen”, pero en especial a Florian y Steffi, con quienes – en tiempos distintos – mantuve la misma conversación acerca de este tema. Donde quieran que estén vuestras raíces, nunca dejéis de volar. 



“Ich bin zu Hause”. Was für ein einfacher Satz und wie viel doch eigentlich dahinter steckt. Denn, was ist das genau, „zu Hause sein“? Klar, es ist die Wohnung zu betreten, in der du wohnst, aber wenn wir einen Schritt weiter gehen, ist es nicht eher ein Gefühl? Ein Gefühl von Geborgenheit, Wärme, ein Ort, wo man weiß „das hier ist mein Platz“? Entweder, weil dort die Verwandten sind, die Freunde, der Partner oder der Beruf. So gesehen wäre es nämlich genau das. Aber was ist mit den Menschen, die sich in zwei geteilt fühlen? Ja, um nicht zu sagen, irgendwie „verloren“? Für einige mag es vielleicht ein momentaner Zustand sein. Für andere ist es eine Lebensart.

Gerade in Deutschland gibt es viele, die zwar hier geboren und aufgewachsen sind, aber deren Familien aus anderen Ländern kommen und somit zwischen zwei Kulturen groß werden. In der Schule wird deutsch gesprochen und sie haben auch deutsche Freunde, aber kaum sind sie wieder „untereinander“, wird in der Heimatsprache geredet und andere Sitten und Rituale bestimmen den Alltag, den man wiederum „irgendwie“ den deutschen anpassen muss. Und obwohl diese Menschen hier ihr Leben meistern, haben sie oft nicht mal einen deutschen Pass oder fühlen sich oft nicht als deutsche Bürger. Aber auch da, wo sie eigentlich herkommen, passen sie nicht 100% hin, weil sie ihre Heimat nur aus dem Urlaub und von Familientreffen kennen. Wo ist ihr Platz genau? Sie fühlen sich die ganze Zeit hin- und her gerissen. Es ist ein Gefühl, dass sich wie ein loses Puzzlestück verhält, das ständig versucht, irgendwo rein zu passen.  Und so verwandelt sich die ganze Sache so nach und nach in eine Lebensart, die sich nicht ändern lässt, denn –wie gesagt–es handelt sich um ein Gefühl. Ein Gefühl, das nicht los lässt und wenn es loslassen würde, man erneut danach suchen würde, weil man es einfach nicht anders kennt.

Dieses Gefühl haben auch andere Menschen, z.B. die, die vor langer Zeit ihre Heimat verlassen haben, um irgendwo ein Abenteuer anzufangen und ihr Leben woanders aufbauen. Denen passiert es genau so: Würden sie „zurück kehren“, würden sie sich nicht mehr wohl fühlen. Sie waren einfach zu lange weg. Denn, ob man will oder nicht, die Dinge verändern und entwickeln sich. Und wir selber als Menschen natürlich auch.
Es gibt auch die, die ihre Kindheit in einem anderen Land verbracht haben, weil z.B. die Eltern aus beruflichen Gründen auswandern oder generell viel reisen mussten und später, als Erwachsene, zurück in die eigentliche Heimat gehen. Ja, sie mögen einen Pass haben, der sagt, dass sie diese oder jene Staatsangehörigkeit haben, aber was sagt das Gefühl? Sie wissen es selber nicht.

Vor einiger Zeit las ich einen Artikel, in dem es über diese „Heimatssache“ ging, dass einige, die während ihrer Kindheit oft verreist und umgezogen waren, jetzt als Erwachsene sogar in die Nähe eines Flughafens gezogen waren, um dieses „internationale“ feeling auf irgendeiner Art und Weise zu behalten. Kann ich nachvollziehen. Flughäfen sind toll. Sie haben dieses Fremde an sich, diese von A nach B rennenden Leute, mit ihren gedankenverlorenen Zielen. Die Menschen kommen und gehen, gehen und kommen. Wie ein Karussell, das sich dreht.

Und was ist mit denen, die  –wie ich–, zweisprachig aufgewachsen sind und beispielsweise zwei Pässe haben? Die immer mit beiden Füssen in zwei verschiedenen Kulturen stecken?  Denn hinter jeder Sprache verbirgt sich eine Denkweise und diese kann sich im Alltag manchmal sehr widersprechen, gerade wenn es um den emotionalen Süden und dem sachlichem Norden geht. Wenn warm gefühlt aber mit Distanz gehandelt wird. Oder auch mal umgekehrt.

Es ist kein Zufall, dass ich mich gerade am besten mit denen verstehe, die diese Denkweisen – aus welchen Gründen auch immer – nachvollziehen können und die mir irgendwie ein „Ich bin zu Hause“-Gefühl vermitteln. Ich erkenne diese Person daran, weil ich ihr nicht erklären brauche, warum ich so denke, so fühle und so handele. Diese Person versteht es einfach und gibt mir unbewusst dieses „Ich bin zu Hause“-Gefühl zurück, egal, in welchem Land ich mich gerade befinde oder welche Sprache ich spreche.
Ich fühle mich wohl, weil diese andere Person nämlich genauso ungebunden (oder vielleicht verloren) ist wie ich. Ja, dieses „Hin und her“-Gefühl, was für manche als „Instabilität“ gesehen wird, ist kein Zustand mehr, es ist eine Art zu Leben, eine Philosophie. Du passt überall hin und doch nirgendwo. Du identifizierst dich mit den losen Puzzlestücken, weil sie nur mit dir zusammen ein komplettes Bild ergeben. Jene Bilder kommen meist durch kleine Details zustande, die schnell übersehen werden können, wenn man nicht aufpasst.
Als Beispiel habe ich eine Freundin, die ich während meines viermonatigen Aufenthalts in Perú kennenlernte. Mein deutscher Teil verstand ihre finnische Perspektive und sie konnte meine spanische verstehen, weil sie selbst für ein Jahr in Spanien gelebt hatte. Nur ein Blick und alles war gesagt. Und egal, wo wir uns gerade auf der peruanischen Landkarte befanden, ich zumindest hatte immer das Gefühl, doch irgendwie „zu Hause“ zu sein, gerade weil wir in verschiedenen Sprachen redeten, während wir versuchten, uns der südamerikanischen Mentalität anzupassen.
Ein anderes Beispiel ist ein Kumpel von mir, der mit mir in Spanien aufwuchs und als Teenager zurück nach Deutschland zog. Nach 13 Jahren, in denen wir praktisch nichts voneinander hörten, trafen wir uns in Köln wieder und dieses Gefühl von „Heimat“ war komplett wieder da, als wir, wir früher, Sätze auf Deutsch anfingen und mit einem perfekten andalusichem Akzent beendeten. Und wenn das Schicksal mitspielen möchte, haben diese Bilder manchmal auch einen eigenen Soundtrack: Denn kaum hatten wir uns auf den ersten Barhocker hingesetzt, dröhnte der Song  Entre dos tierras von Héroes del Silencio (übersetzt Zwischen zwei Erden). Sorry, aber ich glaube nicht an Zufälle. Es war auch kein Zufall, dass, als ich diese Freundin aus Perú in Helsinki besuchte, wir an peruanischen Panflöte spielenden Musikanten vorbei liefen. Man muss die Augen offen halten, um diese Bilder zu erkennen.   

Diese Bilder versuchen auch gerade viele Neuzuwanderer in Deutschland zusammenzustellen. Vor allem in der Hauptstadt gibt es Hunderte von spanischen Puzzlestücken, die her kommen und versuchen, sich hier etwas aufzubauen. Und dann steigen sie ein, in dieses Karussell Namens Berlin, wo Leute -wie an den Flughäfen- ein- und ausgehen, sich verlieren und wiederfinden und gedankenverloren ihre Ziele verfolgen, um irgendwo rein zu passen. Für manche ist diese Verlorenheit ein „momentaner Zustand“, weil sie nicht wissen, wie lange sie bleiben werden; für andere ist es eine „Lebensart“ geworden, weil sie gelernt haben, das Gleichgewicht der beiden kulturellen Alltagen zu halten und sich selber mit Spanien nicht (mehr) identifizieren (wollen). In beiden Fällen befinden sie sich, wie im Titelsong, Zwischen zwei Erden. Manchmal begleitet ihnen sogar eine ständig Sehnsucht, die sich nie abstellen lässt. Aber wie eine Freundin von mir immer sagt: „Sehnsucht haben ist schön“. Auch wenn man nicht weiß, nach was man sich genau sehnt, lernt man irgendwann, mit diesem Gefühl umzugehen.
Ob es ein „momentaner Zustand“ ist oder eine „Lebensart“, das ist jedem selbst überlassen. Aber eines ist klar: Sie –wir– werden immer die Freiheit haben, zu entscheiden, wo „zu Hause“ ist. Und das können nicht viele sagen.


Diesen Text möchte in an all´ die Leute widmen, die auch kommen und gehen, aber vor allem an Florian und Steffi, mit denen ich – zu verschiedenen Zeiten – das gleiche Gespräch über dieses Thema hatte. Wo auch immer eure Wurzeln sein mögen, hört nie auf, zu fliegen. 

viernes, 18 de octubre de 2013

Gärten der Welt - Jardines del Mundo

Jetzt, wo der Herbst wieder vor der Tür steht, ist es vielleicht angebracht, auf den Sommer zurück zu blicken, oder? Unter all den kleinen Ausflügen, die ich machen konnte, waren auch die Gärten der Welt. Ich kann nur sagen: Bei guten Wetter ist es ein wunderbarer Ort, um einen Spaziergang zu machen und einfach mal abzuschalten. Auch ist es eine tolle Gelegenheit, um die Kamera raus zu kramen und ein paar schöne Bilder zu knipsen.
Für die es nicht wissen, entstand Gärten der Welt im Mai 1987 in Marzahn-Hellersdorf und ist seitdem immer weiter und weiter gewachsen. Die 31 hektargroße Fläche ist in zwölf Bereiche, bzw. Gärten aufgeteilt, in denen Blumen aus aller Welt zu sehen gibt. Sehr interessant ist zum Beispiel die Entdeckung der Teufelsblume, dessen Präsenz ziemlich gruseln, ja, sogar „imponieren“ kann, wie man auf dem Bild sieht.


Teufelsblume - Flor del diablo
Die Seele baumeln lassen und die Ruhe genießen ist im Japanischen Garten möglich, der in verschiedene Bereiche aufgeteilt ist, und bei dem das Wasser eine große Rolle spielt. Wer sich ein bisschen mit ZEN auskennt, sollte da unbedingt mal hin! Auch der Chinesische Garten ist sehr schön anzusehen. Umgeben von einem großen Park ist ein kleines chinesisches Häuschen mitten im Wasser zu sehen, welches man über eine sehr schöne Brücke mit einem herrlich Ausblick erreichen kann.
Und da die Religion in den jeweiligen Kulturen eine große Bedeutung hat, gibt es auch einen Christlichen Garten, dessen quadratische Struktur mit Passagen aus der Bibel, sowie philosophischen Texten gestaltet ist.
Am Ende des Spaziergangs kommt der Besucher in den Orientalischen Garten, auch als Garten der Vier Ströme bekannt. Mit seinen mehr als 6.000 qm2 bietet er einen kleinen Blick in die maurische Gartenkultur, was mich – als gebürtige Spanierin – unvermeidlich an die andalusische Alhambra in Granada erinnert. Schön zu wissen, dass es in Marzahn-Hellersdorf ein Stück „Heimat“ gibt, wer hätte das gedacht?!
Also, sollte die Tage mal wieder die Sonne scheinen oder es zumindest nicht regnen, rate ich euch, die S-Bahn zu nehmen und diese kleine Landschaft zu besuchen. Außerdem ist der Eintritt wirklich nicht teuer, nur 4 Euro/Person! In drei Wörtern: Es lohnt sich!



Jardín Chino - Chinesicher Garten


Ahora que el otoño ya está aquí, quizás no sea mal momento para echar la vista atrás y recordar un poco el verano, ¿no? Entre las pequeñas excursiones que he podido hacer se encuentra Gärten der Welt que traducido significa Jardines del mundo. Se trata de un lugar maravilloso, óptimo para dar un paseo y desconectar la mente y, por qué no, coger la cámara y hacer unas cuantas fotos bonitas.
Gärten der Welt nació en 1987 y, por tanto, en la antigua República Democrática Alemana. Es decir, al Este de Berlín, concretamente en la zona de  Marzahn-Hellersdorf. Actualmente la superficie cuenta con 31 hectáreas que en su totalidad representan jardines y plantas de diferentes partes del planeta.  

En cuanto a las flores, resulta muy interesante descubrir una Idolomantis diabólica, denominada también Flor del diablo, ya que parece encarnar al verdadero diablo. Sólo puedo decir que impone y asusta un poco encontrarse delante de ella y ver cómo destaca junto a las otras plantas.
Para relajarse del todo y disfrutar de la tranquilidad está el Jardín Japonés, cuya estructura está dividida en distintas áreas y donde el fluir del agua y cobra un especial significado. ¡A quien le guste un poco el mundo ZEN le recomiendo que vaya! El Jardín Chino también es muy bonito. Está rodeado de un gran parque, así como de un lago, en cuyo centro hay una pequeña estructura china que parece salir del agua. El conjunto en sí ofrece unas vistas preciosas, sobre todo si se contemplan desde el puente cercano que hay junto a una cafetería.
Y como en cada una de las culturas la religión es de gran importancia, también está el Jardín Cristiano, el cual se encuentra decorada con pasajes de la biblia y textos filosóficos.
Al final del paseo el visitante alcanza el Jardín Oriental, denominado también Jardín de las Cuatro Corrientes. Con más de 6.000qm2 ofrece una pequeña mirada de la cultura morisca, lo que inevitablemente como española que soy me recuerda a la Alhambra de Granada. Es bonito saber que en Marzahn-Hellersdorf hay un trozo de „hogar“, ¿quién me lo iba a decir?
Así que, si vuelve a salir el sol uno de estos días o se presenta un día sin lluvia, os recomiendo que cojáis el tren y visitéis este maravilloso paisaje. Además, la entrada no es cara, sólo son 4 Euros/persona. En tres palabras: ¡merece la pena!

Jardín Oriental - Orientalischer Garten


jueves, 19 de septiembre de 2013

7 días Alemania - 7 Tage Deutschland

7 días Alemania, así se llama la serie de mini-documentales del canal austríaco ORF, en la que se cuentan las vidas de distintas personas que viven en Alemania. Un día está dedicado a mi amiga Karolina López, que como inmigrante española nos da su perspectiva y nos habla, entre otras cosas, de lo difícil que es encontrar un trabajo bien remunerado en Berlín. Hay una parte en la que también se nos ve a sus amigos y a mí…La historia, que se emitió ayer por la noche, arranca en el minuto 6. ¡Que os divirtáis!

http://tvthek.orf.at/programs/1328-Weltjournal/episodes/6713059-WELTjournal


7 Tage Deutschland heißt die Beitragsreihe des österreichischen Senders ORF, in der eine Freundin von mir -Karolina López- ihre persönliche Geschichte als spanische Zuwanderin in Deutschland erzählt. Zusammen mit anderen „Landsleuten“ bin ich auch kurz zu sehen! Die Geschichte fängt bei Minute 6 an und wurde gestern Abend ausgestrahlt. Viel Spaß!









lunes, 12 de agosto de 2013

10 Wahrheiten des Lebens - 10 verdades de la vida

Ein Kumpel von mir hat neulich auf FB seine "10 Wahrheiten des Lebens" aufgelistet. Das hat mich inspiriert, meine eigenen Wahrheiten aufzuzählen. Hier sind sie: 

  •  Es gibt nicht Schlimmeres als einen CDU-Wähler, der arm ist (Fazit eines Ausgeh-Abends).
  •  Hinter dem spanischen Ausdruck „Sag´mir, mit was du angibst und ich werde dir sagen, was dir fehlt“ steckt mehr Wahrheit als man denkt.
  • Die 2 Wochen-Theorie: Wenn eine Beziehung oder eine Freundschaft ins Wanken gerät und du dich bemühst, darüber zu sprechen, um es zu regeln, aber in den ersten 2 Wochen noch kein Feedback erhalten hast, dann lohnt es sich nicht. Der, dem du wirklich wichtig bist, wird dir immer irgendein Zeichen geben. Und sei es ein Rauchzeichen.
  • Die Menschen, die immer einen Partner haben müssen, haben Probleme, mit sich selbst alleine zu sein.
  • Wenn ein Mann dir sagt, dass er dich liebt oder dass er dich nie vergessen wird, meint er es in dem Moment wirklich so. Am nächsten Tag kann es aber anders aussehen. Ganz anders.
  • Je mehr Zeit vergeht, umso süßer werden die Erinnerungen. Einige hingegen neigen dazu, komplett zu verschwinden.
  •  Lesen und Reisen öffnet den Geist. Unabhängig vom Thema oder dem Land.
  • Sogar die merkwürdigsten Träume können in Erfüllung gehen, wenn du wirklich an sie glaubst. Aber vorher musst du an dich selbst glauben. Andernfalls drehst du dich nur im Kreis.
  •  Es ist eine große Gabe, zu wissen, wann man eine Grenze setzen muss.
  •  Alles im Leben hat einen Grund, auch wenn wir ihn manchmal nicht sofort verstehen.
Foto: D.Bea Cimbollek 
      Hace poco un colega enumeró en FB sus "10 verdades de la vida" y me inspiró a hacerlo también. Algunos ya las conocéis, pero por si acaso, aquí están: 
  • No hay nada peor que un pobre de derechas (frase nacida entre copas)
  •  La frase “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” es más cierta de lo que parece.
  • Teoría de las 2 semanas: Si una relación o una amistad se está yendo a pique y la persona en cuestión no reacciona ante tus esfuerzos de hablar sobre ello y arreglarlo en las primeras dos semanas, es que no merece la pena. Si tú le importas realmente, ese alguien te dará señales sí o sí. Aunque sean de humo.
  •  Las personas que siempre tienen que estar en pareja les cuesta estar solas consigo mismas.
  •  Cuando un hombre te dice que te quiere o que nunca te va a olvidar, en ese momento lo dice de verdad. Al día siguiente la cosa puede cambiar. Bastante.
  •  Conforme pasa el tiempo, los recuerdos del pasado se vuelven más dulces. Otros, sin embargo, tienden a desaparecer por completo.
  • Leer y viajar te abren la mente.
  • Hasta los sueños más extraños se pueden hacer realidad, siempre y cuando creas firmemente en ellos. Y para ello tienes que creer en ti mismo. De lo contrario estás andando en círculos.
  • Saber poner límites a tiempo es un don muy grande.
  • Todo en esta vida tiene un porqué, aunque a menudo no lo entendamos a la primera.

domingo, 30 de junio de 2013

Currywurst

Den heutige Google-Doodle verdanken wir Herta Heuwer. Sie ist die Dame, die die Currywurst erfunden hat und heute 100 Jahre alt geworden wäre. Wer weiterlesen möchte, kann das gerne hier tun!


En Alemania, el Google-Doodle de hoy va dedicado a Herta Heuwer, que hubiera cumplido 100 años. A muchos este nombre ni les suene, pero es la mujer que se inventó la "Currywurst", mejor dicho, la receta de la salsa que acompañan estas salchichas tan conocidas en Berlín.

Sobre el origen de esta famosa salsa rondan miles de historias procedenetes de diferentes puntos geográficos, como bien lo recuerda DIE WELT de hoy. A pesar de ello, todo apunta a que realmente se inventó en la capital de Alemania allá por 1949, cuando un día la Señora Heuwer, propietaria de un puesto de comida, decidió experimentar un poco mezclando salsa de tomate con diferentes tipos de pimentón. Lo que hizo ella, a diferencia de otros, fue patentar el invento culinario, cuyo nombre al principio fue "Chillup".

Se dice que la auténtica receta sólo la supo ella y que se la llevó a la tumba, por lo que supuestamente ya no existe la salsa orginal. Aún así, la "Currywurst" sigue siendo la comida alemana por excelencia, especialmente en Berlín. Es más, según el Museo de Currywurst (sí, ¡hay hasta un museo aquí!) esta comida se consume unas 800 milliones de veces al año.

martes, 22 de enero de 2013

Wintermelancholie - Melancolía de invierno




Winter blues...was für ein schönes Wort für eine solche stimmungslose Bedeutung. Der Winter kommt und die Menschen werden schlapp, müde und haben einfach keine Lust zu gar nichts. Dazu kommt noch, dass sie Heißhungerattacken verspüren und ständig was Süßes essen müssen. Aber klar, wer rappelt sich denn später auf, um zum Sport zu gehen und diesen Winterspeck loszuwerden? Genau: Niemand. Und warum? Weil es draußen arschkalt ist, es schneit, die Straßen sind glatt und bei dem Gedanken, dass man mindestens 10 Minuten braucht, bis man fertig angezogen, bzw. "eingepackt" ist, vergeht einem die Lust, überhaupt noch vor die Tür zu gehen. Und das alles nur, weil LICHT fehlt, das muss man sich erstmal vorstellen!

Dies hier ist nun mein dritter Winter in Berlin und bis jetzt hatte mich diese Jahreszeit nie groß beeinflußt. Im Gegenteil: Ich fand es sogar toll, die Winterklamotten aus dem Schrank zu holen, meine Stiefel anzuziehen und mit ihnen durch den schönen, weißen Schnee zu tapsen. Ich hatte es immer genossen, mich dick anzuziehen und fand es lustig, mich in Mützen, Handschuhen und Schals einzumummeln. Klar, ich komme aus Spanien und solche Accessoires kenne ich praktisch nur aus Katalogen, denn benutzt werden sie ja kaum....Aber nun gehen mir diese Accessoires so ziemlich auf den Keks. Mützen trage ich nicht gerne, Handschuhe verliere ich immer und Schals? Mh. Ja, die sind ok, aber sobald es anfängt zu schneien, werden sie nass und dann ist das nicht mehr lustig.

Nee, also der Winter blues hat mich dieses Jahr so ziemlich getroffen. Liegt aber auch vielleicht daran, dass ich fast einen Monat in Spanien im Urlaub war, wo es im Dezember jeden Tag locker 17ºC waren und fast immer die Sonne schien. Und dann plötzlich war ich wieder hier, in einen Alltag, der wegen den übriggebliebenen Feiertagen gar kein richtiger Alltag war. Hinzu kam noch ein Virus, wegen dem ich über eine Woche lang flach lag. Na toll. Aber glücklicherweise konnte ich letzte Woche zum ersten Mal wieder von Montag bis Freitag arbeiten! Ich wusste gar nicht mehr, wie das ging. Aber trotzdem, der Alltag ist anders als sonst. Es fehlt Licht und es fehlt Wärme. Und ich kann es nicht abwarten, bis hier wieder so einigermaßen schönes Wetter ist! 

Ein Arbeitskollege meinte neulich, „bald“ würde die Sonne scheinen und ein anderer sagte mir heute, morgen käme der Frühling...(?????) Also, ich weiß nicht, wo sie diese äußerst naiven Theorien her haben, aber okay. Wie man in Spanien immer sagt: "Das Gute lässt auf sich warten". Also, abwarten. Und Tee trinken.


Winter blues lo llaman aquí...o lo que es lo mismo: melancolía de invierno. Qué expresión más bonita para un significado tan carente de ánimo. Llega el invierno y las personas están flojas, tienen sueño y simplemente no tienen ganas de hacer nada. A esto hay que añadir los antojos que vienen y se quedan y esas ganas insaciables de comer algo dulce a todas horas. Pero claro, ¿luego quién se pone las pilas para ir a hacer deporte y perder esos kilos de más? Exacto: Nadie. ¿Y por qué? Porque fuera hace un frío del carajo, está nevando y las calles están resbaladizas y con pensar el tiempo que tarda uno en vestirse o, mejor dicho, en "empaquetarse" (mín. 10 minutos), a uno se le quitan las ganas de salir a la puerta de su casa. ¡Y todo esto porque falta LUZ! Es que es muy fuerte.

Este es mi tercer invierno en Berlín y hasta ahora esta estación del año no me había afectado en absoluto. Todo lo contrario: Me encantaba sacar la ropa de invierno y ponerme mis botas con piel de borrego para luego ir andando por la recién caída nieve blanca. Disfrutaba con vestirme así y me hacía hasta gracia eso de ponerme gorros, guantes y bufandas. Claro, vengo de España y este tipo de accesorios prácticamente sólo los conocía de los catálogos. Como no nos hacen falta, pues….Pero ahora estos accesorios me están tocando la moral. Los gorros no me gustan, los guantes los voy perdiendo por ahí  y ¿las bufandas? Mh…bueno, sí, están bien, pero en el momento que empieza a caer la nieve, éstas se empapan y ya no hace tanta gracia.

No, este año la melancolía de invierno me está dando. Pero también puede ser porque he estado en España de vacaciones cerca de un mes entero, donde en diciembre todos los días el termómetro marcaba los 17ºC y casi siempre hacía sol. Y de repente estaba otra vez aquí, en una rutina que no llegó a ser rutina porque había algunos días festivos de por medio. Y por si fuera poco, me pilló un virus que me dejó tumbada más de una semana. Qué bien. Pero bueno, ¡al menos la semana pasada ya pude trabajar de lunes a viernes como Dios manda! (Ya no sabía ni cómo funcionaba eso…) Pero aún así, la rutina es distinta a la de otras veces. Falta luz y falta calor. Y estoy deseando que cambie el tiempo. 

Un compañero de trabajo me dijo el otro día que “pronto” iba a salir el sol, otro me ha dicho hoy que mañana llegará la primavera....(????) Yo no sé de dónde sacan estas teorías tan sumamente ilusas, pero bueno. Como digo siempre: "Lo bueno se hace esperar", ¿no? Pues nada. Y como dicen en Alemania: “A esperar. Y a tomar té.”

domingo, 30 de diciembre de 2012

Prost! - ¡Salud!





Sooo, ein Jahr geht vorbei, ein neues kommt! 2012 war ein Jahr voller intensiver Schritte und Entscheidungen, die mich positiv weitergebracht haben und auch ein Jahr, in dem ich viele tolle Menschen kennen gelernt habe. Berlin: Danke für alles! Auf 2013! Prost! 

Buenooo, ¡un año se va y llega uno nuevo! 2012 ha sido un año lleno de pasos y decisiones intensivas que me han ayudado a seguir hacia adelante con éxito, pero también ha sido un año en el que he conocido a personas maravillosas. Berlín: ¡Gracias por todo! ¡Brindemos por el 2013! ¡Salud!